“No por ser ustedes más que todos los pueblos os ha
querido Jehová y os ha escogido, pues ustedes erais el más insignificante de
todos los pueblos.”
Deuteronomio 7:7 RVR
¡Qué onda!
Pensamos que somos amados por ser valiosos o especiales; sin embargo Dios nos
ama por todo lo contrario, por ser “x”. Esto choca con todos nuestros esquemas
de valores ¿no es así?
También esto hace
pensar que no es necesario hacer más que dejarse amar. Esta idea no va con la
escala de valores del ser humano ni con la época. Hoy en día tienes que hacer
para ser, ganarte el aprecio, un lugar, el amor o el reconocimiento, y poca
gente está satisfecha con lo que es; así que , por lo general la humanidad
ronda como zombi por la vida pensando
que si se llena de logros, dinero y éxitos, entonces será amada. Dios no piensa
así, él te ama porque él te creo, aunque a veces falles o tengas defectos
(interiores y físicos), él te ama a ti, te recibe; él no espera que cambies
para que te ame, ya te ama, nada hay que hacer o dejar de hacer para que él te
deje de amar.
El pecado te
separa de Dios, pero él no te deja de amar por ello, le duele tú condición y
espera que estés listo para recibirle.
Esto sí es amor; amarte tal cual eres, realmente se necesita algo sobrenatural
para hacerlo y él lo es. Por tanto, no temas si ere insignificante, un cero a
la izquierda, el patito feo, la oveja negra de la familia, si eres “x”…. esto ya
es suficiente para que seas amado. Digiérelo.[1]
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